Mi panorama esta mañana era deplorable.
Llevo en pie desde las 7 de la mañana y me he pasado seis horas intentando tener el cerebro ocupado con alguna cosa. Intento fallido completamente. De hecho, la lectura y yo somos como dos muñecos intrínsecos, y precisamente hoy es imposible que lea. Despúes de esas agónicas y calurosas horas camufladas en un viaje en coche viendo pasar campos de girasoles, de trigo y cultivos en general, y después de mirar en la pantalla del reproductor de vídeo las que intuyo,serán mis últimos vídeos en español, he llegado a la capital. Yo creo que el nerviosismo no ayuda a asimilar la friolera, por decir algo, de los 36 grados que matan a los pájaros.
Tras frustrarme revisando todos los documentos, repasando todos los datos, sólo pido que tanto el día como la noche pasen rápido, y también dormir esta noche.
Mañana a las nueve de la mañana llegan mis compañeros, los del intercambio, que salen desde Oviedo a la una y media de la mañana (al menos yo puedo dormir en una cama y no en los asientos del Alsa Supra).
Tal y como soy yo, allí estaré a las nueve menos cuarto.
Con mi maleta.
Y mis nervios encima, exhibiéndose en mis uñas.
PD: aunque veáis un carácter aprensivo en este post, todo se debe a los nervios que tengo.
Con tu maleta, nervios y uñas vas a emprender un viaje hacia una experiencia única . Mucha suerte y quiero fotos, muchas foooootoooossss. Bon voyage!
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